viernes, 29 de enero de 2010

Pinceladas mexicanas hasta llegar al Mar Caribe.

Salir de la isla caribeña de Key West para llegar volando a Monterrey en México fue un gran cambio. Y no solo de país. Sobre todo porque pase de los 30 grados a los 10. Auch!
Pero se echaba tanto de menos eso de hablar español y sentirme otra vez en ambiente latino que se agradeció a pesar del frío.
Y mucho más incluso cuando me reencontré con Iraham!
Solo hacia 3 meses que no nos veíamos (desde NYC) pero parecían siglos!
Y así pase una semanita en la capital financiera de México acostumbrándome a eso de la nueva moneda, léxico y comidas. Aunque eso de la comida no me costó nada, jajaja
Que rico todo! Y no tan picante como yo esperaba que iba a ser. Yupiiii.
Ahora ya distingo una flauta, de un taco, burrito, fajita, gordita, dorado, quesadilla, y demás productos que se comen con las siempre presentes tortillas de maíz o harina.

Que Monterrey no esta preparada para el frío es evidente cuando ves que muchos restaurantes no tienen paredes. Vaya suerte la mía de llegar en un momento de frío inusual! Pero Iraham hizo mi estancia bien calida presentándome a sus amigos, llevándome a una de las tradicionales posadas navideñas, a unas cascadas cercanas (foto)… Vamos, que se portó (junto con toda su familia) como un gran anfitrión.
Desde entonces tocó la vía tradicional de hacer couchsurfing y como siempre no defraudó. Conocí gente y sitios bien bonitos en la mejor de las compañías.
El frío me acompañó aun unos días más en mi siguiente destino, Zacatecas.
Esa vez caí en casa de un chef así que tuve la suerte añadida de probar cosas muy ricas como el pozole verde (una sopa con muchas cosas). Y de ahí seguí probando cosas distintas según la zona mientras avanzaba en mi viaje por la extensa parte central de México.
Siempre hacia el sur. Hacia el calor y las playas. Porque decidí pasar las 2 semanas de las fiestas navideñas en el destino mexicano turístico por excelencia, la Rivera Maya.

Como contaba solo con 3 semanas para llegar de Monterrey a Cancún esta vez me tuve que planear el viaje contando los días. Algo nuevo para mi desde hacía mucho tiempo, pero por eso mismo, un nuevo desafío :P

Así que con entre 1 o 3 días por ciudad, según la importancia y tamaño, pasé por la colonial Zacatecas y vi su museo de máscaras, por la colorida Guanajuato (foto) y su museo de momias, por Querétaro y Cholula, Puebla y Veracruz antes de llegar al aeropuerto de Cancún a recoger a Mike, un couchsurfer que llegaba para pasar las navidades.

Por mencionar algo general que me haya llamado la atención de esas 3 semanas de viaje frenético puedo decir que sobre todo los autobuses. Nunca había visto un bus con dos baños en la parte de atrás: uno para hombres y otro para mujeres.
Pasar de usar Greyhound en US a esa clase de lujo fue como llegar al paraíso.

También me sorprendió la diferencia de comidas por regiones. Lo que es una quesadilla en un sitio pasa a ser algo distinto en otro. Vamos, que siempre es bueno preguntar y no darlo por supuesto o te puedes llevar sorpresas.

En Guanajuato visité el museo de El Quijote (son fanáticos en ese pueblo) donde todo los que exhibe trata del ingenioso hidalgo o de su mundo.
En Puebla probé el famoso mole poblano (una salsa con base de chocolate pero con un toque picantito, normalmente acompañando pollo)
En Veracruz fui a una ceremonia de Temascal con varios CSfers. Se trata de un antiguo baño de vapor. Es una ceremonia tradicional con todo un ritual que invoca las energías de la tierra y sus elementos. Así, básicamente, se podría decir que se trata de que te meten en una especie de igloo hecho de piedras con un agujero en el centro donde echan piedras volcánicas al rojo vivo y luego echan agua para que salga vapor mientras el maestro dentro va diciéndote que debes hacer y canta, y cantas… Todo muy místico. Y claro, el calor que coge eso es insoportable. Toda la ceremonia duró como 4 horas. Y al finalizar nos dieron frutas y cereales para reponer energías. Una experiencia muy auténtica en un ambiente nada turístico. Estuve en el momento adecuado en el sitio adecuado.

Y sí esas tres semanas me acercaron un poco a la cultura mexicana luego me alejé en las dos semanas siguientes en Playa del Carmen Y Tulum. Había más turistas que mexicanos. Los precios a veces más caros que en US y las infraestructuras no dejaban nada que envidiar a cualquier playa europea.
Lo único que te recordaba que estabas en México era el tipo de comida. Menos mal, jeje.
Lo pasamos genial, la verdad.
Con mucho calorcito (que era la idea), visitamos ruinas mayas como las de Chichen Itza (foto) y Tulum (foto), nos bañamos en playas de arena blanca y agua azul turquesa (foto), visitamos la isla de Cozumel, y hasta buceamos en un cenote!! Y que alucine de buceo.
Yo que no tengo tanta experiencia buceando al principio me agobié un poco por eso de meterte en una cueva y saber que no hay salida directa justo encima tuya, pero como se trata solo de respirar… era cuestión de relajarse y disfrutar la experiencia. Y la disfruté y mucho.
Fueron dos semanas de apenas espíritu navideño pero al menos en buena compañía y mucha gente nueva, clima perfecto y parajes de película. Otras navidades más bien distintas!

Y todo acabó donde empezó pero con un broche de oro. De vuelta al aeropuerto de Cancún para decir adiós a unos y poner, yo sola esta vez, rumbo a Cuba.
Que ya que estaba ahí mismo, a una horita y poco en avión, no podía dejar pasar la oportunidad.
Que viva la revolución, compañeros!! ;)