domingo, 2 de agosto de 2009

Roraima, “La Madre de todas las aguas”

Venezuela me tiene sin parar. Llevo casi un mes de arriba para abajo sin apenas conectarme con el mundo. Es genial!

Deje Mérida hace ya varias semanas. Y como dirían acá, tras pasarla fino por allá, decidí que la ascensión al Tepuy Roraima seria mi siguiente destino. Así que puse rumbo para Valencia, cambié de bus y llegué a Puerto Ordaz tras 26 horas en las que más o menos me crucé el país. Uff!
Allí me estaba esperando Daniel, un CS y otros viajeros CS que estaban por allá. Estuve un par de días acogida co una reina en casa de Daniel visitando la ciudad y sus parques (foto Parque Cachamay), pero como los otros CS (una pareja de franceses muy simpáticos) resultó que también pensaban bajar a Santa Elena de U airén, que es la base de operaciones para el Roraima, me baje con ellos a esa zona llamada la Gran Sabana.
Wow, que paisajes. Carreteras (foto) increíblemente rectas y bellas en medio de grandes extensiones de verde.
Allí pasé unos días visitando saltos de agua y quebradas cercanas (foto Quebrada de Jaspe) e intentando cuadrar mi viaje al místico y sagrado monte Roraima… y al final cuando ya estaba dándolo casi por perdido aparecieron un alemán, Oliver y un madrileño, Sergio, con los que pude formar grupo. Y que grupo! Mejor imposible! A parte de que el guía y el porteador pemones fueron excepcional compañía y grandes profesionales… pude volver a usar mis expresiones madrileñas que hacia tiempo que creía que había olvidado. Fue como volver a estar en Chamberí por 6 días. Mi cerebro respiró. A pesar del madrileño porque acabé medio aturdiéndolo con mi verborrea, me temo (ya sabéis que eso se me da muy bien, jajaja). Menos mal que Oliver estaba encantado de hablar en español ya que había vivido 6 años en Madrid. Tuvimos unas largas y agradables conversaciones durante los 6 días que hicieron una delicia mi viaje. Espero que el piense igual ;)
La subida al Roraima (foto) es algo… difícil de explicar. Son 6 días de pura caminata. No tan dura, de hecho, porque son pocas horas al día pero con unos 8 kilos a la espalda la cosa se complica un poco. Son 2 días y medio de aproximación, 2 en la cumbre y día y medio de bajada. Que esa es la que te mata pero bien. He tardado como 5 días en dejar de tener agujetas y poder bajar escaleras de frente… (Es que de espaldas dolían menos :O) Pero la sonrisa de la boca y la satisfacción que se siente aun no se me han ido. Y es que nunca había hecho un treck de este calibre y espectacularidad! Muy recomendable sin duda!!
Las vistas desde el Roraima te quitan el habla… incluida a mi ; ) Cuando se despejaba y se veía la Gran Sabana a tus pies y el Kukenan (otro tepuy, foto) al frente, te hacia sentir en la cumbre del mundo. Y las formaciones que se ven en la cima de esta montaña tabular (tepuy) de 2810 metros (el más alto de todos) son increíbles. Es como si el tiempo se hubiera detenido allá arriba. Se dice que son las formaciones geológicas más antiguas del mundo. Hace triple frontera con Brasil, Guyana y Venezuela. Son rocas areniscas negras (ahí casi todo es negro, incluidos los pocos animales que hay) de forma caprichosas. Ah, y también hay millones de cristales de cuarzo de los más perfectos que yo nunca haya visto. Hay lagunas, “hoteles” (como semi-cavernas donde poder refugiarnos para dormir), cascadas, plantas endémicas, y se respira armonía en cada paso. Es muy fácil perderse porque es inmenso 50 x 20 Kms. Al parecer se hizo extracción de diamantes en la zona durante años, pero ahora esta prohibido.
Bueno, no tiene caso dar más datos. Esto es algo que es para verlo en persona. Te podías pasar horas mirando la vista sin nada más que hacer. Simplemente observando la basta extensión en frente tuya y sonriendo. Te sientes transportado.
Solo puedo añadir que a parte de nuestro grupo, la gente conocida en el viaje lo hizo también muy especial. Si algún día venís a Venezuela y os gusta esto de caminar, no dudéis en hacerlo. No se requiere tanta preparación y merece mucho la pena a pesar de que deje bien dolorido. O mejor dicho... justo por eso.

1 comentario:

Los Gallegos dijo...

Ay niña! Acabas de conseguir que me apetezca caminar por otros parajes de nuevo...

He recordado los trekking que hicimos Héctor y yo por tierras argentinas y se me ha encogido el alma.

Es cierto, ver el paisaje a tu alrededor desde la cumbre te quita el habla y no se necesita nada más para ser feliz por un rato; largo, de varios días.

Un besito y no dejes de contarnos cómo es Canadá, que seguro que también tiene lo suyo.